domingo, 26 de junio de 2011

Café Saigón: revive el estilo colonial

Detalle de la decoración de estilo colonial.

Dirección: María de Molina, 4
Teléfono: 91 563 15 66

Al principio de la calle de María de Molina, en frente prácticamente del Instituto de Empresa, está el Café Saigón. Cuidado, no te lo pases. Sí, ahí, donde los leones. Porque la entrada casi pasa desapercibida, ya que está un tanto "retranqueada" con respecto a la fachada. Curiosamente, de café no tiene nada. Su nombre se debe a un afamado restaurante-café de los años 60 que había en la capital de Vietnam, muy concurrido por escritores de la Generación Perdida y colonos franceses e ingleses.

No es un restaurante chino ad-hoc, no está lleno de lacados rojos ni figuras de Buda, ni farolillos (gracias a Dios) es más tipo Thai Gardens.

Su decoración es más tipo colonial, con maderas oscuras, y se desarrolla en dos plantas y una terraza. Amén de la barra que hay a la entrada, que es más bien una sala de espera donde tomar alguna copa o aperitivo antes de entrar. La sala superior es más íntima, con una iluminación matizada, muy adecuada para cenas "románticas". Mientras, la planta principal es un salón más amplio, con una docena de mesas aproximadamente, algo más luminosa y adecuada para cenas y comidas de amigos y familias. Desde esta misma planta se sale a una terraza con unas seis mesas de dos, y hasta cuatro personas, muy apropiada para las noches de verano y aquellos que quieran fumar. Tiene un sistema de toldos que preservan bastante del sol directo. Y, aunque el entorno de la terraza no es excesivamente "bonito" (es una zona interior del edificio) ya os he dicho que por la noche se hace muy agradable, y hasta acogedor, recordando incluso a algunos callejones típicos en las grandes ciudades asiáticas como Hong Kong o Shanghai.


Detalle de la acogedora terraza.

La referencia culinaria sobre este sitio se basa en cuatro visitas a diferentes horas, hechas a lo largo de dos años. Creo recordar que el Café Saigón se inició en el año 2001. Desde entonces, ha mantenido una más que aceptable cocina de tipo vietnamita, con una relación calidad-precio muy buena. Sin tanta parafernalia como el Thai Gardens, ofrece cuatro menús que van desde los 30 a los 40€, además de una carta si no extensa, sí aceptable y muy cuidada. Con platos con una presentación adecuada, sabrosos. En estas tres visitas no he comido nada que no hiciera disfrutar al paladar. Siempre viene aconsejado por los camareros, que dan un servicio sobresaliente y agradable. Los menús son variados y amplios, dejándote satisfecho tanto en calidad como en cantidad. Lo único excesivo, aunque es bastante común en nuestros restaurantes, es el precio de las bebidas. Por ejemplo, la última vez tomé un Viña del Vero Gewürztraminer al sórdido precio de 21€, cuando la botella en cualquier supermercado no pasa de 10€. Esto hace que la cuenta para dos personas ronde siempre los 100€, si añadimos los cafés, ya que el postre está incluido.

En conclusión, es una alternativa muy válida a la comida oriental no-sushi, sin tener que pasar por el Thai Gardens, teniendo que dejar la tarjeta de crédito a la entrada. Si bien es cierto que no es barato, si somos inteligentes y ajustamos se puede comer o cenar por 60€ dos personas, si seleccionas los platos de la carta, pides copas o cerveza, y el cafelito o la infusión te la tomas en otro sitio, o terminando la velada en tu casa con un buen Jamaica y una buena tertulia.

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