viernes, 23 de julio de 2010

Alfredo's Barbacoa - El desengaño de un clásico


Después de una amena tarde de tertulia, decidimos comer unas hamburguesas. Ya que estábamos cerca de Plaza de Castilla, recordé un clásico de las hamburguesas de Madrid: Alfredo's.

Para los que rondan los cuarenta, Alfredo's es uno de esos sitios emblemáticos donde se solía ir a cenar antes de continuar con la marcha nocturna. Sus imponentes hamburguesas a la brasa, sus steak, nachos, etcétera.
Siempre han deleitado los almuerzos y cenas de Madrid, al estilo americano o American style. En principio parecía una buena elección, sobre todo, teniendo en cuenta que era un día normal entre semana. Por lo tanto, no parecía importante el hecho de no haber reservado... Craso error.

Bajamos directamente al salón, y he ahí que nos encontramos con un cartelito más bien expeditivo que rezaba: "Espere aquí... Ahora le atendemos. Firmado: Roberto".
Bien, pues esperamos delante de un cutre mostrador a que llegase el amigo Roberto que, tres minutos después, apareció para indicarnos de forma nada amigable que en ese momento no había mesas y que, después, tampoco. Y que, después de las 11 de la noche, ya veríamos.
Ni de fumadores, ni de abstemios, ni de alcohólicos ni nada parecido. Es decir, no había sitio.

Al preguntarle si podíamos comer en barra, con una complacencia que rallaba la grosería, respondió: "Vayan y pregunten". Toda esta simpática conversación sin levantar la cabeza del mostrador, y en un tono más que impertinente. Con éstas, subimos a la planta de calle, donde está la barra y un par de mesitas donde se puede comer tranquilamente, incluso con menos sensación de claustrofobia que en el comedor. El camarero que atendió la barra, éste, sí, con mejor actitud, nos informó de que, a partir de las 11, a lo mejor, cenábamos. Eran las nueve y media y, la verdad, no nos apetecía esperar hora y media. Así que decidimos ir al Baby Rubaiyat, que está al lado.

Aquí podría acabar este comentario, que sólo quiere hacer notar que no hace falta tratar con desgana a los clientes porque el restaurante esté lleno. Una sonrisa y buenos modales ayudan a ganar futuros clientes y, aunque no te hagan falta, cosa que no suele ser frecuente, al menos creas un buen nombre y una buena aptitud sobre el restaurante.

He de reconocer que, otras veces, a pesar de la desidia de nuestro amigo Roberto, he comido unas hamburguesas bastante decentes, con una carne a la parrilla muy correcta, aunque no de excesivo tamaño para los 6€ que cuesta. Eso sí, sin guarnición, porque la tienes que pedir aparte. También es recomendable el Newyorker o bistec al grill. También solían tener (no apto para verano) un chilli muy adecuado en épocas de frío.

La decoración... qué decir de la decoración. Porque no la hay. Podría ser un bareto de cualquier tipo. Eso sí, con posters y souvenirs de los E.E.U.U. Y eso que tanto me gusta de los frigoríficos y arcones a la vista. Quizá en eso estribe su belleza. Pero, quizá, con un poquito más de detalle sería más acogedor.

En conclusión, no es mal sitio para tomar una hamburguesa a un precio normal, y si tienes mucha hambre, más bien deberías pedir dos. Para mi gusto es mejor tomarlas en barra y, tanto en el local de Lagasca como en el local de Juan Hurtado de Mendoza, es mejor en el "salón" exterior. Es menos claustrofóbico.

Mi puntuación sobre 10 sería:
3 para la atención al cliente
7 para la comida, siempre pensando que es tipo American grill.

Desde luego, no es un restaurante para pasar una velada de cena y tertulia, más bien "come y, lárgate".

Alfredo's Barbacoa

Lagasca, 5
Tlf.: 91 576 62 71

Juan Hurtado de Mendoza, 11
Tlf.: 91345 16 39

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto que la atención no es lo mejor de Alfredo's, pero... ¿a quién se le ocurre ir sin reservar? No es que sea el típico sitio donde tenga que reservar con una semana de antelación, pero ahora en verano ya se sabe...
Lo mejor, la hamburguesa en los dos establecimientos. Pero en el que hay por Alcalá tienen un entrecot muy bueno. Los dos son agobiantes, pero merece la pena.